Un cornudo anónimo...
Relato de un hombre que a decidido hacer públicos sus cuernos...
He decidido compartir mis historias ahora que recuerdo todo perfectamente.
He decidido compartir mis historias ahora que recuerdo todo perfectamente.
Vivo en una de las principales ciudades de México, estoy casado desde hace más de cinco años. Actualmente tengo 27 años, trabajo en una empresa de clase mundial que me permite mantener estable a mi familia. Mi esposa, la protagonista de mis historias, cuatro años menor que yo es un encanto como mujer: simpática, inteligente, divertida. Físicamente, sin ser un escándalo, es hermosa. Sus 1.60 están perfectamente distribuidos en unas piernas gruesas y torneadas rematadas por unas caderas frondosas que hacen que cualquier pantalón le queden entallados. Estas son herencia del embarazo de nuestra única hija le han dejado. Sus senos sin ser grandes son un deleite a la vista, y en escote aunados a su piel clara son una clara invitación a probarlos.
Su rostro es un claro ejemplo de belleza tapatía: ojos grandes y expresivos, labios gruesos sabor miel sobre un fino mentón apiñonado, facciones finas y de corona una melena rizada y castaña.
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Su magnifico trasero |
Amo a esta mujer. Y esta es una historia de amor que comenzó en septiembre del año pasado.
Mi esposa, quien adelante será K, ya me habia hecho cornudo en un par de ocasiones, sin embargo, esta sería por demás una situación particular.
Últimamente, si no malas, nuestras relaciones sexuales comenzaban a ser insatisfactorias para ambos, comencé a tener problemas de eyaculacion precoz lo que no nos dejaba satisfechos a ambos y aunque ella me decía que no importaba yo lo notaba en su expresión. Así que decidí contactar por una red social de citas a un grupo de personas de entre las cuales destacó inmediatamente él.
Su amante en esta historia, a quien a partir de ahora llamaremos E. Comenzó apenas la contactó a flirtear con ella, ambos congeniaron muy bien, y aunque en un principio había reprobado mi método de contactar posibles parejas sexuales para ella, la "química" en redes con E. hicieron que pronto se olvidara de ello.
Las charlas fluidas, las risas y sonrisas al teléfono cuando K hablaba con E me hacían pensar que todo iba bien en el flirteo, cosa que me ponía semierecto al notarlo.
Las charlas se extendieron no más de dos semanas hasta que un día K me comenta que E vendría de visita a la ciudad (este vive a 5 horas de nuestra ciudad de residencia), esa noche no pare de besarla y decirle cuanto la amo.
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Mi hotwife |
Llegó el día. Era jueves así que al llegar de la oficina la encontré a medio arreglar, ya traía puesto el vestido que esa noche llevaría: apenas arriba de la rodilla y nada entallado, sin embargo el corte hacia resaltar sus caderas y le daban un aire de elegancia y sensualidad. Al saludarla la besé y mis manos recorrieron sus piernas hasta sus nalgas por debajo del vestido: sentí unos cacheteros de encaje sobre sus delicadas nalgas tersas. Me anime y le pregunté si se había depilado, me dijo: si, por si las dudas.
Se supone que esa noche solo se conocerían e irían a cenar y ella se había depilado completamente el pubis, había elegido ropa interior sexy y cómoda y había puesto especial esmero en dejar su piel tersa y suave, especialmente en las nalgas; yo estaba a tope y algo me decía que esa noche me tocaba ser un cornudo.
Pasadas las nueve se introdujo en su camioneta y se dirigió a la cita. Me compartió su ubicación, ahí supe que iría a cenar a un restaurante muy cercano a mi anterior trabajo, es por eso que le pedí al guardia que la dejara estacionarse en el que anteriormente era mi estacionamiento, que morbo: todas las facilidades y consentimientos para que tu mujer sea seducida por otro es un placer único para el cornudo.
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La mujer que amo |
Pasados los minutos me escribió: ya estaba con él, le pareció físicamente un tipo atractivo y agradable, lo estaba pasando bien mientras yo entretenía a mi hija y la preparaba para dormir.
Estaba muy ansioso, no paraba de mirar mi teléfono esperando noticias suyas hasta que me llegó un mensaje:
"Me gusta, se paró, me besó y me gustó mucho, me puso muy nerviosa"
Mi corazón estaba por salirse, mi esposa disfrutaba de su cita y yo estaba comenzando a impacientarme en una mezcla de celos, excitación y ansiedad, no sabía como manejar tanto y decidí fumar en lo que esperaba su siguiente mensaje.
"Me volvió a besar, esta vez sentí como se humedeció mi entrepierna"
¡Rayos! ¡Que morbo, que excitación, que celos! "¿Que harán? Le pregunté. Veinte minutos después me responde:
"Amor, deje la camioneta en tu empresa, vamos en Uber a su hotel"
Esta vez no pude más, me sentí un cornudo consumado, me dio tristeza como cuando algo se te va, pero no había vuelta atrás, apoyaría a mi mujer.
Espere y esperé hasta quedarme semi dormido hasta que dos horas después un mensaje me volvió a mi vigilia. Ya venía a casa.
20 minutos después giraba el picaporte de nuestra recamara, la espere recostado, quería que se tomará su tiempo.
La vi a entrar a contraluz, su silueta era perfecta, sin embargo, su melena alborotada le delataba. Vi como se despojo de su vestido y zapatillas quedando solo en ropa interior para unirse a mi en la cama.
Se acerco a mi, se acostó a mi lado y me besó. Sus labios estaban calientes, su beso sabía a vino y ella olía aún a su perfume mezclado con otro. Eso terminó por empalmarme.
-¿Cómo te fue?
-Muy bien amor, muchas gracias por todo. Me cogió riquísimo.
Cuéntame. Le pedí mientras acariciaba sus nalgas.
Con cuidado. Me dijo. Estoy muy adolorida.
"Salimos del restaurante y en la avenida me besó y me preguntó que hacíamos, le sugerí que estaba a su disposición para seguir, ya estaba empapada y lo deseaba dentro de mi. Entendió el mensaje y me sugirió ir a su hotel.
Ya en el ascensor me beso y no paro de besarme hasta llegar a su habitación. Le pedí que apagara la luz y me desnudo por completo, comenzó a acariciarme, a tocar mi vagina y dedearme muy suave. Estaba mojadisima, se bajó y me hizo un oral, le pedí que viniera, entendió, se puso un condón y comenzó a penetrarme, primero muy suave y después fue muy rápido.
Me puso en cuatro y ahí fue muy veloz"
Para ese momento no aguante más, baje sus panties y acerque mi cara a su entrepierna:mi nariz absorbió un fuerte olor a sexo, olía a sus venidas, tenía los labios vaginales dilatados y el clítoris aún hinchado de la excitación, los fluidos que aún emanaba llegaban hasta su cavidad anal, estaban calientes como toda su entrepierna.
Era un deleite que lami por muy pocos minutos hasta que me interrumpió: estoy muy sensible amor.
Me levante con desgano, yo añoraba lamerla hasta recoger la última gota de sus fluidos.
La abrace mientras me masturbaba, le pedí que me montará, al hacerlo sentí su vagina demasiado dilatada, mi pene, más bien delgado, en ese momento no le causaba nada.
Estaba demasiado abierta y húmeda, se movió unas pocas veces sobre mi y me pidió si podía parar por la misma razón de hace un momento.
Se recostó sobre mi pecho, ahí continuó mientras me masturbaba:
La tiene muy gruesa y se la sabe coger muy duro y rápido por mucho tiempo sin venirse, gozó de su exquisita vagina en múltiples posiciones que le dejaron las nalgas y huesos pelvicos adoloridos pero muy satisfecha.
No pude más y termine eyaculando con mi mano como estímulo, como buen cornudo.
Me limpié, la volví a recostar sobre mi pecho y la dejé descansar hasta el siguiente día.
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Tienes correo para contarte mi primera vez de cornudo
ResponderEliminarQue experiencia tan rica ojala algun dia mi esposa pueda disfrutar con otra verga.
ResponderEliminarMuchas felicidades, y te envidio amigo, ojala y que mi esposa se anime a hacer algo igual.
ResponderEliminarMuy ricas las tapatias
ResponderEliminarque buen relato amigo, debes cuidarla, animarla, alistarla y apoyar para su próximo encuentro que la fecha debieron ser muchos mas.
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